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Sevilla
vio nacer en 1852 a uno de los humanistas más importantes que ha
dado la ciudad. Centró su trayectoria profesional en el estudio del arte y la
arqueología, llegando a publicar más de cien obras, lo que hizo de él una
referencia obligada para nuevos historiadores. Destaca su faceta como amante de
la cerámica, que rescató para mayor esplendor de Triana.
Nació y
murió en la antigua
Calle de la Venera, la cual desde
1918, lleva su nombre. Su anterior nomenclatura, se debía a una concha situada en la fachada de una de
las casas. Un año después de la muerte del historiador,
y autor de
- «Sevilla monumental y artística» o
- «Historia de los Barros vidriados sevillanos desde sus orígenes hasta nuestros días»,
la calle adoptaría su actual denominación.
Ese fue
el reconocimiento en el callejero a José Gestoso, vicepresidente de la Real Academia de Bellas
Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla y miembro de la Real Academia de la
Historia de España. Además
de su nutrida nómina de estudios, desempeñó numerosos cargos públicos. Entre
ellos, fue miembro
del primer Comité organizador de la Exposición Iberoamericana de 1929, además
de trabajar en la creación
del Museo Arqueológico de Sevilla.
Más allá
de nombramientos y cargos, José Gestoso pasó a la historia por su papel en el resurgir de la cerámica en
Sevilla. Una técnica que conocía al detalle al compatibilizar
su formación académica con la de aprender de Ricardo Sanjuán.
Todavía se pueden ver sus retablos en varios puntos de Sevilla.
Murió en
1917, por lo que se cumplen 100
años de la desaparición de uno de los personajes más importantes
que ha dado Sevilla, a lo largo de su historia.