Puerta de la Macarena (Sevilla)
La Puerta de la Macarena de Sevilla se encuentra ubicada en la confluencia entre la calle San Luis y La Resolana.
Fue desde siempre una de las puertas más importantes de la ciudad, elegida para la entrada real de algunos monarcas desde Alfonso XI en 1327, hasta Carlos V en 1526; tras pasar por esta Puerta se procedía a la jura de los privilegios y se iniciaba el cortejo que con gran ceremonia recorría la prolongación del antiguo "Cardo Maximus" romano hasta el centro de la ciudad y desde allí hasta el Alcázar. El topónimo "Macarena" aparece citado a partir del Repartimiento de la ciudad, una vez que fue tomada por las tropas de Fernando III El Santo.
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Su importancia mercantil como punto de comercio del vino y el pan se vio incremantado en la Edad Moderna por la construcción del Hospital de las Cinco Llagas o "de La Sangre" que se levantó frente a ella, un grandioso edificio renacentista que a los valores sanitarios y estéticos sumó el de la urbanización de un amplio llano que antes solo era un simple cruce de caminos.
El aspecto de la primitiva puerta islámica puede deducirse de algunas referencias iconográficas y documentales que se conservan. Según la descripción hecha en 1535 por Luis de Peraza, debió ser una entrada con una fortificación muy importante, que contaba con un primer arco de acceso a la barbacana y, tras el camino de ronda de ésta, dos arcos más, uno a cada lado, con dos altas torres entre ellos y una robusta puerta intermedia que daba entrada a la ciudad.
Su estado de conservación debió ser muy deficiente. El primer informe sobre su construcción lo da el maestro mayor de obras de la ciudad Hernán Ruiz II en 1560 cuando dice que debe ser derribada para ser levantada de nuevo como otras tantas puertas de la muralla. Al año siguiente el Ayuntamiento hizo algunas mejoras en este tramo de torres y almenas de la Macarena, colocando además una placa con las armas del rey Felipe II, como ya se había ordenado en el año anterior para las puertas principales.
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En 1588 se acordó construir una garita para la guardia y unos meses más tarde Lorenzo de Oviedo llevó a cabo unas reformas para ensancharla, en las que probablemente el cuerpo bajo tomaría el aspecto que se conserva aún en la actualidad para esta Puerta, con un amplio arco con pilastras almohadilladas. En 1589 se hizo preciso reparar y luego sustituir las hojas de madera de la puerta, y en 1594 el maestro mayor de la ciudad informó sobre su estado de ruina y el peligro que entrañaba para sus usuarios.
Muchos años después, en 1723 y 1795 fue redecorado el cuerpo superior, en la última ocasión por el arquitecto José Echamorro, como cita una inscripción en la propia puerta.
La Puerta de la Macarena actualmente aparece adosada por uno de sus lados a un amplio lienzo de muralla y barbacana que se extiende desde este punto hasta la siguiente entrada del recinto amurallado, la denominada Puerta de Córdoba.
FUENTE:SEVIPEDIA