La ciudad dispone de un patrimonio desconocido, hitos de la arquitectura que se encuentran entre los muros de las viviendas de los linajes históricos
CASA DE LOS BUCARELLI
Considerado una joya por ser una de las Casas-Palacio más importantes del siglo XVII y un valioso ejemplo de la arquitectura barroca del civil de Andalucía, la Casa de los Bucarelli, también conocida como Palacio de los Condes de Santa Coloma, se sitúa en el corazón del Barrio de San Lorenzo en pleno centro histórico de la ciudad de Sevilla.
Rodeada de edificios emblemáticos, Casa Bucarelli ocupa la manzana comprendida entre las calles Santa Clara, Teodosio, Dalia y Santa Ana siendo su acceso principal el situado en la Calle Santa Ana número 40.
CASA DE PINELO
Levantada durante el primer tercio del siglo XVI para el canónigo de la catedral hispalense de origen genovés don Diego Pinelo, se trata de una de las primeras y más importantes casas nobiliarias de la ciudad donde se incorporan los novedosos elementos arquitectónicos de tipo renacentista que van llegando desde Italia. Perteneció a esta familia de los Pinelo, siendo sus últimos propietarios los hermanos Jerónimo y Pedro Pinelo, ambos canónigos de la Catedral de Sevilla, que la donaron a ésta en el año 1524.
Desde entonces sirvió de residencia de los Canónigos de la Catedral, hasta las desamortizaciones del siglo XIX. Al pasar a manos particulares tuvo varios usos; a principios del siglo XX fue un hotel. En 1966 pasa a ser propiedad del Ayuntamiento de Sevilla.
El edificio se halla en buen estado de conservación, y acoge a a las Reales Academias Sevillana de Buenas Letras y de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, contando en su interior con una importante colección de pintura.
Bien de Interés Cultural, la casa está catalogada como Monumento en 1954
CASA DE LOS MAÑARA
El palacio de Mañara, es una casa palaciega de estilo fundamentalmente renacentista, situado en la ciudad de Sevilla, en la antigua judería de la ciudad, hoy barrio de San Bartolomé. En el palacio nació el ilustre filántropo Miguel de Mañara, impulsor y benefactor de la Hermandad y Hospital de la Caridad. La casa se encuentra situada en el barrio de San Bartolomé, con entrada por la calle Levíes, en lo que era la antigua judería de Sevilla.
En la actualidad, el edificio constituye la sede administrativa de la Dirección General de Bienes Culturales, de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.
PALACIO DE ALTAMIRA
Se sabe, por investigaciones arqueológicas, que en el solar que hoy ocupa el Palacio de Altamira existió en época almohade una construcción que se ha interpretado como una vivienda. De su entorno se conoce una mezquita, unos baños y un pequeño zoco, lo que indica que a su alrededor se desarrollaba una intensa vida urbana. Poco después de la conquista de Sevilla por los castellanos esta zona quedó incluida en la aljama judía cuyos habitantes participaron de manera intensa en la vida comercial y económica de ámbito local, así como en la de la Corona de Castilla. Como muestra de ello, el cargo de Contador Mayor estuvo durante varios reinados en manos de personajes judíos que habitaban las ricas casas halladas en este solar (como José Pichóny Samuel Abravanel). El asalto a la judería en 1391 propició que estos terrenos pasaran a manos del justicia y alguacil mayor del rey, Diego López de Zúñiga, que levantó sobre ellos el edificio actual. La mansión estuvo unida en los siglos XV y XVI al linaje de los Stúñiga, Condes de Plasencia, Duques de Béjar y señores de grandes estados en Extremadura y el Reino de Sevilla, hasta que quedó ligada al Marquesado de Villamanrique y de Ayamonte y posteriormente al Condado de Altamira, por el que hasta hoy se le conoce. De todos estos propietarios fue recibiendo obras y mejoras adaptándose a los gustos y necesidades de sus dueños durante los siglos XVII al XIX, centuria ésta en que dejó de estar vinculada al linaje noble, y como ocurriera con otras notables mansiones sevillanas fue destinada a casa de vecindad en alquiler. Por ello se realizarían en el edificio reformas que enmascararon definitivamente la primitiva construcción mudéjar que ha sido descubierta nuevamente en el proceso de intervención arqueológica.
CASA DE LOS PADILLA
Se trata de una casa que al exterior se muestra muy sencilla y sobria, pasando casi desapercibida, como es habitual en muchas de las casas de esta zona; y que vuelca todo su esplendor hacia los patios interiores, verdadero centro de la vida social familiar y espacio que muchas veces se abre al exterior con el deseo de expresar la posición económica de sus propietarios.
Cuenta con un patio de columnas renacentistas que presenta con arcos inscritos en alfices, y que muestra el escudo de armas de la familia en uno de los frentes de sus capiteles.
Hoy esta casa forma parte de un conjunto de casas, contiguas unas a otras, que se incluyen dentro de un interesante programa de hotel que se caracteriza por su construcción de tipo tradicional; en ella destaca su decoración acorde con el conjunto y el laberinto de cuidados patios sombreados por abundante vegetación y ornamentados con columnas, fuentes y surtidores.
CASA SALINAS
En el siglo XVI, Sevilla era la ciudad más importante de Europa. A su puerto llegaban las riquezas del Nuevo Mundo, que después se distribuían por todo el continente. Aquí se acuñaba en moneda el oro y la plata de América. La llamaban Nova Roma, por su esplendor, y a ella acudían los mejores artistas italianos y flamencos del momento. El mejor Renacimiento se combinó con el Gótico y el Mudéjar en una armonía de estilos única en el mundo.
CASA PILATOS
La construcción del palacio se inició en 1483, por iniciativa y deseo de Pedro Enríquez de Quiñones (IV Adelantado Mayor de Andalucía) y su segunda esposa Catalina de Ribera, fundadores de la Casa de Alcalá. La obra se levantó sobre varios solares que habían sido confiscados por la Inquisición. El fallecimiento en 1493 de Pedro Enríquez, llevó a que Doña Catalina fuese la encargada de acometer la configuración inicial del palacio. Su hijoFadrique Enríquez de Ribera y su nieto Per Afán de Ribera y Portocarrero ampliaron y completaron la decoración de la Casa.
Fadrique Enríquez (primer Marqués de Tarifa) fue un noble a caballo de la baja Edad Media y la modernidad, representada por el Renacimiento. Entre los años 1518 y 1520 realizó un viaje de peregrinación a la ciudad santa de Jerusalén, en el que atravesó toda Italia, y en el que quedó profundamente impresionado del arte renacentista que imperaba en las ciudades italianas. A su regreso trasladó esas maneras renacentistas que había observado a la Casa de Pilatos, combinando el estilo renacentista italiano con el mudéjar sevillano, en las ampliaciones que realiza del palacio, ocupando varios solares anexos al mismo. Per Afán de Ribera, sobrino y heredero de Don Fadrique, fue un gran coleccionista de arte que acopió durante su estancia como virrey de Nápoles, realizó reformas entre 1568 y 1571 que acogieron su vasta colección.
PALACIO DE VILLAPANÉS
Fue construido en el año 1728 para residencia del almirante Manuel López Pintado, tras sucesivas herencias, fue propiedad de los marqueses de Torre Blanca de Aljarafe y los marqueses de Estrada. Sus últimos dueños fueron los marqueses de Villapanés que lo habitaron hasta principios del siglo XXI. En la actualidad ha sido transformado en hotel de lujo, sin modificar su fachada ni características arquitectónicas
CASA DE DUEÑAS
El palacio de Las Dueñas fue fundado por la familia Pineda, quienes lo tuvieron que vender en el año 1484 a Catalina de Riberapor necesidades acuciantes de dinero: debían pagar un rescate por don Juan de Pineda, hecho prisionero por los moros.
El inmueble pasó a ser propiedad de la Casa de Alba tras el matrimonio de la IV marquesa de Villanueva del Río, Antonia Enríquez de Ribera Portocarrero, quien fue la primera esposa del IV duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo y Mendoza.
Su nombre se debe al monasterio de Santa María de las Dueñas, que en 1248 se conocía como Compañía de Dueñas y cuyas monjas se encargaban de dar servicio a reinas y esposas de los reyes de Castilla San Fernando y Alfonso X el Sabio. Este edificio se encontraba en la periferia (de la Sevilla romana, pero dentro de la ampliación amurallada hecha por Ibn Yusuf en el siglo XI-XII) y fue destruido en 1868.
Aquí nació Carlos Falcó, marqués de Griñón y marqués de Castelmoncayo, Grande de España.
PALACIO DE LA CONDESA DE LEBRIJA
Comienza a construirse como casa señorial con el estilo propio del siglo XV, la fachada es de estilo sevillano realizada en el mismo siglo, entre los siglos XVIII y XX es remodelado y ampliado.
En sus orígenes esta casa perteneció a la familia Paiba, posteriormente fue propiedad de los condes de Corbos y los condes de Miraflores. En el año 1901 pasa a ser propiedad de Regla Manjón Mergelina (condesa de Lebrija) que lo restaura y acondiciona para albergar su valiosa colección de antigüedades, como apasionada por la arqueología decidió adornarlo con piezas que aparecieron en terrenos de su propiedad, así como otras colecciones que compraba a comerciantes de antigüedades.
CASA GUARDIOLA
La historia de la Casa Palacio Guardiola se remonta al siglo XIX, en pleno romanticismo sevillano, cuando D. Andrés Parladé y Sánchez de Quirós, Conde de Aguiar, Delegado Regio de Bellas Artes y Delegado-Director de las excavaciones de Itálica, la manda construir.
Según A. Villar Movellán, en su libro Arquitectura del Regionalismo en Sevilla, 1.900-1.935, «la Casa Palacio Guardiola es una casa modelo en muchos aspectos, entre otros por ser arquetípica del estilo sevillano tal como se entendería el Regionalismo, adelantándose con ello en veinte años a la formulación de este concepto» y continúa, «este edificio sería para el Regionalismo, salvando las distancias, lo que fue la casa Tassel de Victor Horta para el Art Noveau, o el Café Restaurante de la exposición de 1.888 en Barcelona para el Modernismo Catalán, es decir, un primitivo».
Tiene todas las características de las casas señoriales de la época, accediéndose a través del patio apeadero, por un lado al patio de caballos y por el otro a la vivienda, donde se encuentran el patio principal, loggía, jardín, salones y otras dependencias.
La casa la compra el empresario, agricultor y ganadero D. Salvador Guardiola Fantoni, trasladándose en 1.945 a vivir con su familia, siendo sus herederos los actuales propietarios
PALACIO SAN TELMO
El 10 de marzo de 1682 se inició la construcción del edificio sobre unos terrenos ubicados extramuros de la ciudad, que eran propiedad del Tribunal de la Inquisición, para instalar en él la sede del colegio-seminario de la Universidad de Mercaderes, institución que acogía y formaba a huérfanos de marineros, y que se convirtió un siglo después en el Colegio de la Marina, en el que ingresó en 1846 el poeta Gustavo Adolfo Bécquer. A partir de 1847 dejó de funcionar como tal, y fue destinado para diferentes usos, siendo sede de la Sociedad del Ferrocarril o de la Universidad Literaria, encontrándose infrautilizado y con sus obras paralizadas.
En 1849 fue adquirido por Antonio de Orleans y Luisa Fernanda de Borbón, duques de Montpensier, que lo convirtieron en su residencia oficial. Para la reforma, hicieron venir desde París al decorador más prestigioso de la capital francesa, Jean-Claude Rossy, que trasladaría su taller a Sevilla. El salón principal del palacio fue escenario el 12 de diciembre de 1877 de la pedida de mano de su hija María de las Mercedes de Orleans por parte del duque de Sesto, José Osorio y Silva, y el senador Francisco Marín de San Martín, marqués de la Frontera, en nombre de Alfonso XII de España, mediante una carta manuscrita del rey.
Al fallecer en 1897 la infanta María Luisa Fernanda, duquesa viuda de Montpensier, legó el palacio a la Archidiócesis de Sevilla y cedió sus jardines, que hoy forman el Parque de María Luisa, a la ciudad de Sevilla.
En 1901, siendo arzobispo de la ciudad Marcelo Spínola, el palacio se convirtió en seminario, hasta el año 1989 en que fue cedido por el arzobispado de Sevilla a la Junta de Andalucía, para albergar la sede del gobierno autonómico.
En 1991 se comenzó su rehabilitación para convertirlo en sede oficial de la presidencia de la Junta de Andalucía, iniciándose en 2005una segunda fase de restauración centrada principalmente en rescatar la estructura original y detalles del interior del edificio, que habían sido sometidos a múltiples intervenciones que los habían desvirtuado. El proyecto estuvo a cargo del arquitecto sevillano Guillermo Vázquez Consuegra.