«Vengo de estar a menos diez grados bajo cero y he pasado menos frío que en Sevilla». Esta frase provoca sonrisas e incredulidad más allá de la capital hispalense pero es real y seguro que son muchos los sevillanos que han sentido una sensación similar, han viajado a sitios con temperaturas mucho más bajas que en la capital hispalense y cuando han vuelto han sentido más frío. Se achaca a la humedad, a que nuestras casas están pensandas para protegernos del calor y hasta que no usamos la ropa adecuada pero ¿qué hay de verdad en ello?.
De momento, hay que olvidarse de lo de la humedad. El meteorológo Juan Algar explica que esa mayor sensación de frío se debe sobre todo al viento. «La humedad da mayor sensación de calor y eso se nota en los sitios de playa en verano, aunque algo influye. En realidad es el viento el que provoca que se sienta un frío mayor que el que marca el termómetro» resalta antes de apuntar que en el caso de Sevilla hay otro factor a tener encuenta: «tenemos una gran exposición al sol y cuando pasamos de una zona en la que nos da el sol a una de sombra, la sensación térmica cambia de una forma muy brusca».
Esa situación puede vivirse mañana. La anunciada bajada de temperaturas no será tan brusca y de hecho Algar no prevé que en Sevilla lleguemos a estar bajo cero, como mucho a 1 o 2 grados de mínima. Sin embargo la presencia de un viento del nordeste, con rachas apreciables, puede bajar varios grados la sensación térmica. De hecho la previsión de Aemet (Agencia Estatal de Meteorología) apunta que a las seis de la mañana se esperan en Sevilla unos tres grados pero con una sensación térmica en torno a un grado bajo cero, cuatro grados de diferencia.
Pero ese frío sevillano que «te cala los huesos» no se da sólo en la calle sino también en el interior de las viviendas, que no están preparadas para esas temperaturas. Javier Gómez, secretario del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Sevilla, explica que el problema suele estar en que no hay cultura de combatir el frío de manera activa, deinstalar un buen sistema de calefacción que te va a servir como mucho 60 o 70 días, «mientras en Madrid, por ejemplo, apuestan por un sistema que caliente toda la casa, aquí el frío se combate de una forma muy particular, con el brasero y la mesa de camilla», con un foco de calor muy localizado, no para toda la vivienda.
Otra cuestión es que en España, donde hay zonas que en verano no soportan 40 grados y otras apenas sobrepasan los 20, no hay un modelo estándar de construcción y en cada sitio se usan los materiales más adecuados. Así se explica por ejemplo que en Madrid sea usual los suelos de madera y en Sevilla los de mármol, aunque en este caso eso no tendría por qué generarnos más frío. El secretario del Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos explica que mientras en Madrid optan por la madera porque este material impide que el calor se vaya al exterior, el marmol es un material con una inercia térmica alta que le permite tanto absorber como desprender calor, con lo que si se le colocara un suelo radiante podría ser una fuente de confort no sólo en verano sino también en invierno.
¿Y que pasa con la humedad de las casas y con la densidad de los muros?. En el caso de la humedad, parece que no es para tanto y que el problema sigue siendo el carecer de una buena fuente de calor en el interior de las casas, «eso se nota en la ropa, en una casa sin calefacción está fría, en una que tiene, no»; por lo que respecta a los muros, hoy hay un sistema, el de fachadas ventiladas, que permiten dar sombra al material envolvente y generar corrientes de aire que enfrían la casa en verano y en los días fríos, gracias a los aislamientos, mantienen el calor.
La cuestión está por tanto en apostar por una buena fuente de calor. Cada vez son más las viviendas que disponen de ella y la apuesta por sistemas más eficientes porque no encarecen mucho el coste: se estima que entre un 3 y un 10%.
fuente: ABC DE SEVILLA